In Memoriam
Durante el receso del verano, el Instituto de Chile debió lamentar el fallecimiento de distinguidos académicos: Da. Bélgica Castro y D. Alejandro Sieveking (ambos miembros de la Academia Chilena de Bellas Artes), D. José Miguel Barros (de la Academia Chilena de la Historia), D. José Zalaquett (de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales) y D. Enrique Tirapegui (de la Academia de Ciencias). La Academia Chilena de la Lengua, además, sufrió la pérdida de dos académicos Jorge Nawrath y a Eduardo Godoy Gallardo
Cada uno de ellos, en su ámbito, escribió importantes páginas de nuestra historia política, social y cultural. Pero, sobre todo, destacaron por sus notables cualidades personales.
El caso más conmovedor fue, sin duda, el del matrimonio formado por los actores Bélgica Castro y Alejandro Sieveking. Tras 60 años de matrimonio, ambos fallecieron con pocas horas de diferencia.
BELGICA CASTRO
En su extensa carrera, ella fue fundadora del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, donde también ejerció como académica y profesora de historia y de castellano. Participó en más de 200 obras teatrales.
Logró diversos premios y múltiples distinciones a lo largo de su carrera artística. En 1995 recibió el Premio Nacional de Artes de la Representación de Chile. Fue distinguida con la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile en 1999, la Medalla al Mérito Cultural Profesor Pedro de la Barra en 2002, la Medalla de Honor del Senado de Chile en 2008, la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda en 2016 y el Premio Municipal de Artes Escénicas de Santiago en 2018.
En 1961 se casó con Alejandro Sieveking, a quien acompañó largas temporadas en sus viajes y el exilio político. Colaboró en sus obras de teatro más emblemáticas, entre ellas Parecido a la felicidad, La viuda de Apablaza y La remolienda. El amor entre ambos surgió en las aulas de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, cuando ella era profesora y él era solo un estudiante. «Vivían el uno para el otro», señaló el actor y también académico Héctor Noguera.
ALEJANDRO SIEVEKING
Alejandro Sieveking Campano (Rengo, 5 de septiembre de 1934) fue director y actor de teatro, autor de más de cuarenta obras de trascendencia nacional e internacional. Recibió el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales en 2017.
Había estudiado Arquitectura en la Universidad de Chile. Pero en 1956 optó por ingresar al Instituto del Teatro. Fue compañero de Víctor Jara, con quien realizó gran parte de sus primeros trabajos al egresar en 1959. Ese mismo año obtuvo el Premio Municipal de Teatro de Santiago con Parecido a la felicidad. Esta obra la llevó en gira por diversos países y en Argentina se hizo una versión televisiva.
La alianza de Sieveking con Jara fue el inicio hacia el camino de la consolidación profesional: el uno como dramaturgo y el otro como director teatral. Jara ya había dirigido Parecido a la felicidad cuando en 1962 Sieveking le ofreció su obra recién escrita Ánimas de día claro. Posteriormente, con la colaboración de Jara en la música, nació La remolienda, una comedia folclórica que se considera fundamental en el teatro chileno.
En el disco documental La población de Jara, Sieveking participó como coautor de la canción Herminda de La Victoria.
Participó como actor en diversos montajes del Teatro Experimental, del ICTUS, del Teatro de la Universidad Católica, del Teatro del Ángel, del cual fue uno de los fundadores, y del Teatro Itinerante.
JOSÉ MIGUEL BARROS
El destacado abogado, diplomático, historiador y académico chileno José Miguel Barros Franco dejó una huella profunda entre quienes lo conocieron. Su hijo Alonso lo retrató con afecto, pero sin exageración: «Amigo, maestro y aliado fiel, en todas, caballero de las artes y del humor, sabio modesto y apasionado, honesto a toda prueba. Inteligencia sutil y preclara, siempre te querré. Gracias por tantas alegrías»
Barros Franco (nacido en San Fernando, el 7 de agosto de 1924), se tituló de abogado en la Universidad de Chile, cursó posgrados en la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, y en la Academia de Derecho Internacional de La Haya, Países Bajos. En 1945 ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores. Cumplió labores en seis gobiernos distintos, desde Juan Antonio Ríos hasta Patricio Aylwin. Fue embajador en los Países Bajos, los Estados Unidos, Perú y Francia.
Se le recuerda especialmente por su labor en los conflictos limítrofes entre Chile y Argentina durante los años 60 y 70. Fue embajador en misión especial en Londres como agente de Chile para el arbitraje relativo a la región del río Palena entre1965 y 1967. Más tarde (1971-1978) desempeñó el mismo trascendental papel en la capital británica y en Ginebra en relación al diferendo por el Canal Beagle.
En 2009 fue elegido presidente de la Academia Chilena de la Historia del Instituto de Chile.
Durante su carrera publicó los libros «El caso del Baltimore», «Palena: Un río, un arbitraje», «Cartas sobre la mesa» y «Pedro Sarmiento de Gamboa: Avatares de un caballero de Galicia».
«Su legado es invaluable», afirmó en 2012 el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, durante un homenaje realizado por Cancillería. Recordó también que el ex canciller Gabriel Valdés afirmó, en una entrevista, que «el pleito del Beagle lo ganó José Miguel».
JOSE ZALAQUETT
Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en 2003, José Fernando Zalaquett Daher1 (nacido el 10 de marzo de 1942) fue un jurista y académico de destacada participación en la defensa de los Derechos Humanos durante el régimen militar.
Después del 11 de septiembre de 1973, participó en el Comité Pro Paz, organismo creado a instancias del Cardenal Silva Henríquez por distintas iglesias cristianas y la comunidad judía. A cargo del departamento jurídico, su misión fue dirigir y coordinar el trabajo que realizaban procuradores, abogados internos y abogados externos en la defensa de los derechos humanos.
Este trabajo se realizó fundamentalmente en tres ámbitos: Defensas ante los Consejo de Guerra: proporcionando defensa jurídica a los acusados. Presentación de Recurso de amparo. Solicitudes de designación de Ministro en Visita, para que investigara el paradero de los detenidos.
El 15 de noviembre de 1975 fue detenido por agentes de la DINA y llevado al Centro de Detención de Tres Álamos. Fue liberado el 30 de enero de 1976, pero, luego de ser detenido nuevamente el 5 de abril fue exiliado el 12 de abril. En ese período, entre 1979 y 1982, se desempeñó como Jefe del Comité Ejecutivo Internacional de Amnistía Internacional.
De regreso al país, en 1990 fue designado por el Presidente Aylwin como miembro de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación que emitió el «Informe Rettig». Entre 1999 y 2000 formó parte de la Mesa de Diálogo sobre Derechos Humanos, entre miembros de las Fuerzas Armadas de Chile y abogados de derechos humanos.
También fue miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y, hasta 2011 codirector, junto a Cecilia Medina Quiroga, del Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
ENRIQUE TIRAPEGUI
El fallecimiento de D. Enrique Tirapegui, miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias, premio Nacional de Ciencias Exactas en 1991 y quien fuera, en su momento, parte de la directiva de este Instituto, fue recibido con hondo pesar en el Instituto de Chile. Tal como se expresó en una nota de la Presidenta de la corporación, Da. Adriana Valdés, presidenta, y don Abraham Santibáñez, secretario general, su cercanía con todos los integrantes del Instituto y sus cualidades humanas hicieron más dolorosa esta pérdida. Era miembro de Número de la Academia Chilena de Ciencias desde 1984.
A pedido de la familia, sus restos fueron velados en la sede del Instituto de Chile
Enrique Tirapegui era Licenciado en Física de la Universidad de Chile (1962). Doctor en Matemáticas y Doctor en Física Teórica en la Universidad de París. Fue Profesor Titular del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. Se desempeñó como Tesorero del Instituto de Chile.
Conocido en el país como el padre de la física no lineal, su trabajo más destacado se concentró en los efectos de las perturbaciones aleatorias que experimentan los sistemas microscópicos y a la formación de estructuras espacio-temporales en estos sistemas, cuando están lejos del equilibrio termodinámico. Por esta investigación recibió en 1991 el Premio Nacional de Ciencias Exactas. En la ocasión se reconoció, además, su labor en la formación de nuevos profesionales en Chile en esa área.
DOS DESTACADOS ACADEMICOS CORRESPONDIENTES
Cuando se presentó en 2018 uno de sus últimos libros titulado «Porqué relinchan los Caballos» se destacó en la página electrónica de la biblioteca de Río Puelo que Jorge Nawrath Cordero, “aparte de ser abogado y miembro correspondiente por Rancagua de la Academia Chilena de la Lengua, también es escritor”. Y se agregó, “otro dato interesante que aportar es que en se destacó además que es un autor de carácter local, ya que está radicado en Río Puelo aproximadamente 18 años”.
En las últimas dos décadas, el poeta y escritor Jorge Nawrath, vivió tanto en Rancagua como en la Décima Región. La amplia presencia de alumnos de la Escuela Rural Río Puelo, junto a su director y profesores además de habitantes de la misma comunidad, constituyó una palpable demostración de aprecio. Finalizó la ceremonia con la donación de una importante colección de sus libros para la Biblioteca y varias escuelas de la localidad.
Años antes, en 2016, Jorge Nawrath había recibido otra muestra de afecto: la condecoración Fundación de Rancagua otorgada por la Municipalidad local. Se dijo entonces que “pese a no haber nacido en esta tierra, la atesora como si hubiese sido así”. En el plano profesional se recordó que fue Contralor Regional e integrante de la Corte de Apelaciones de Rancagua, entre otros relevantes cargos públicos. También fue uno de los impulsores de la creación de la Corporación Cultural de Rancagua.
Eduardo Godoy Gallardo, académico correspondiente por Valparaíso, era un destacado académico e investigador a nivel nacional e hispánico, experto en la literatura de Miguel de Cervantes y literatura española. El docente fue un pilar en el desarrollo del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la PUCV, siendo uno de sus directores, además de editar la Revista Signos y dirigir los programas de Postgrado en Literatura.
Activo investigador, publicó más de cien ensayos en revistas nacionales e internacionales, impulsando además la realización de congresos internacionales tanto en la PUCV como en la Universidad de Chile, donde también ejercía la docencia. Entre sus publicaciones se cuentan seis libros, como La generación del 50 en Chile, La infancia en la narrativa española de postguerra y Lecturas españolas, donde se reúnen veinticinco de sus ensayos.
Recientemente había sido condecorado por el Rey Felipe VI y el Estado con la Orden Isabel La Católica por su aporte cultural a los valores hispánicos.
EMINENTE DIABETÓLOGO
En marzo de 2016, los “san juaninos”, como se llaman a sí mismos los miembros de la comunidad del hospital San Juan de Dios, celebraron que por tercera vez un médico de dicho establecimiento santiaguino recibiera el Premio Nacional de Medicina. Esta vez, se señaló en la página electrónica, “el reconocimiento llegó a manos del carismático Dr. Manuel García de los Ríos Álvarez”.
La Dra. Gloria Briones destacó entonces la personalidad de líder del Dr. García de los Ríos: “ha guiado a muchos profesionales de la salud, además de ser una persona muy estudiosa, crítico y prudente”. La Dra. Patricia Vásquez, Jefa de Medicina del hospital, dijo: “ Me siento profundamente emocionada y admirada de su persona, porque es muy merecido el premio que recibió”.
Este 2020, año marcado por la contingencia creada por el Corona virus, la fructífera existencia del Dr. García de los Ríos, llegó a su fin a los 91 años tras seis décadas de ejercicio profesional. Miembro de la Academia Chilena de Medicina desde 1990, el Dr. García de los Ríos era uno de los más eminentes diabetólogos de nuestro país.
Una de sus características más sobresalientes, pese a sus pergaminos, era su modestia. Lo dijo con motivo del Premio Nacional:
“Cuando me avisaron del premio tuve varias emociones. Sorpresa porque no me lo esperaba. Hay mucha gente con tanto merecimiento, además, yo mismo tenía mi propio candidato. No pensé ser elegido, me honra. He trabajo más de 60 años en la medicina y nunca estuvo entre mis metas recibir un premio como este. Lo recibo con una humildad muy grande y alegría porque siempre tenemos un pequeño ego escondido”, manifestó a La Tercera.
El Dr. García de los Ríos egresó de la Facultad de Medicina en la Universidad de Chile en 1954. Durante su vida profesional, su espíritu de servicio le valió numerosos reconocimientos. La Unidad de Diabetes que co-creó en el Hospital San Juan de Dios, y de la cual fue jefe por 13 años, lleva su nombre desde 2008. En 2006 obtuvo el Master del American College of Physicians, y en 2007 fue nombrado como Maestro de la Medicina Interna Chilena. A lo largo de su carrera publicó más de 150 artículos en revistas especializadas y formó a más de 50 especialistas en Chile y en la región
Cuando fue premiado, en 2016, el Director del Hospital San Juan de Dios, Dr. Juan Mendoza señaló: “El Dr. García de los Ríos es un hombre generoso, clínico y con principio de autoridad. Esto último se ha perdido en las nuevas generaciones y es una lástima”.
En su respuesta, el galardonado expresó: “Esto no lo recibo yo, este es un premio de todos. Y a los médicos de hoy les digo que lo más importante es la relación paciente – médico. Nosotros somos nada, no debemos creernos dioses, al contrario, mientras más humildes somos, mejores somos como personas y como profesionales. Escuchen a sus pacientes.”