Recuerdo de dos Académicos fallecidos
SYLVIA SOUBLETTE
(Miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes)
El Instituto de Chile y la Academia Chilena de Bellas Artes han debido lamentar el sensible fallecimiento de la compositora, cantante, instrumentista, directora coral, gestora cultural y miembro de la academia desde 2003, Sylvia Soublette.
Nació en Viña del Mar el 5 de febrero de 1923. Luego de asistir al colegio de los Sagrados Corazones de esa ciudad, en 1939, comenzó a estudiar canto con la profesora Alina Piderit.
En 1941 fundó el coro femenino Viña del Mar, con el cual dio varios conciertos. Dos años después comenzó a dictar clases en la carrera de música de la Universidad Católica de Valparaíso. Posteriormente organizó un coro masculino, que en 1945 unió al femenino.
En 1948 se trasladó a Santiago para ingresar al Conservatorio Nacional, donde estudió contrapunto y composición con Domingo Santa Cruz y Clara Oyuela. En 1951 viajó a Francia, donde estudió con Millhaud y Messiaen en el Conservatorio de París. En Chile también estudió con Juan Orrego Salas.
Hermana del filósofo y musicólogo chileno Gastón Soublette, se casó con quien fuera ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Eduardo Frei Montalva, Gabriel Valdés Subercaseaux. Era madre del ex canciller Juan Gabriel Valdés y del director de orquesta Maximiano Valdés.
Desarrolló su quehacer artístico creando y dirigiendo desde 1960 el Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica, uno de los más destacados de nuestro país, que dirigió hasta 1974. Formó el Centro Musical San Francisco (1981), dedicado al estudio e interpretación de la música colonial, y la Corporación Cultural Instituto de Música de Santiago (1991), entidad sin fines de lucro.
En 1997 recibió el premio del círculo de críticos de Valparaíso y, en 1998, la medalla de la música del Consejo Nacional de la Música.
En 2018 fue nominada al Premio Nacional de Música.
Entre sus obras más destacadas están los «Sonetos sobre textos de Pablo Neruda», «Suite para violín y piano», «Sabrás que te amo», Misa romana» y «Dos amantes dichosos”, Eva (1950), una cantata sobre texto de Carmen Valle, canciones con poesía de Gabriela Mistral, Hallazgo (1945) para cuatro voces iguales, dos Preludios para violín y piano (1946), Suite Pastoril para soprano, tenor, flauta, violín y arpa (1948).
MATIAS RAFIDE
(Miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua)
Como destacó el diario El Centro de Talca al dar la noticia de su fallecimiento, Matías Rafide era “un maulino conocido no solo por su legado en el ámbito cultural de la Región del Maule y el país, sino por la calidez y solidaridad que lo caracterizaron”. Por sus ancestros – padre y madre palestinos-Rafide pertenecía al selecto grupo de escritores chilenos de origen árabe, como Benedicto Chuaqui y Andrés Sabella.
En sus 91 años de vida se destacó como poeta, ensayista, crítico, antólogo. Era profesor de Castellano (Universidad Católica de Chile) . Doctor en Filosofía y Letras Universidad Complutense de Madrid, Profesor en diversas universidades de Chile, América y Egipto.
Entre 1990 y 1994 fue Agregado Cultural de la Embajada de Chile en El Cairo. Era miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española y de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Fue representante de la SECH ante el Consejo Nacional del Libro y la Lectura (1999-2001) y vicepresidente del Ateneo de Santiago. Autor de más de 30 libros. Entre ellos: Poetas españoles contemporáneos, La novela hispanoamericana actual, Escritores chilenos de origen árabe, Presagios: poemas bilingües, y Nueva Antología poética del Maule (en colaboración con Enrique Villablanca). Fue distinguido como Hijo Ilustre de Curepto, su ciudad natal. Una de las salas de la Biblioteca Municipal de la ocaklidad lleva su nombre.
“Era una persona súper cariñosa, generosa con las demás personas. Además, lo admiraban por ser un escritor y poeta bastante reconocido. Aprendimos mucho de él, nos inculcó que lo más importante es el estudio, como él lo aplicada en su vida, nosotras nos hicimos profesionales”, recordó una de sus tres hijas, Karin Rafide.