El año 2019 tuvo para los chilenos un final complejo.  Igualmente difícil, dado el clima de efervescencia social, fue para el Instituto de Chile. El “estallido social” alteró las actividades normales de nuestra corporación en momentos de intenso trabajo. Esta comprobación no fue obstáculo para que, al hacer el balance del año el resultado se considerara muy positivo.

Hace un año, la asunción de Adriana Valdés Budge como primera mujer a cargo de la presidencia del Instituto de Chile fue un hito importante. Con ella, quien es además directora de la Academia Chilena de la Lengua, son tres mujeres en la presidencia de otras tantas academias. (Ciencias está presidida por Cecilia Hidalgo y Bellas Artes por Silvia Westermann).

En una sobria ceremonia, tanto la propia presidenta como el secretario general, Abraham Santibáñez, resumieron las múltiples actividades desarrolladas. Sobre todo, se destacó el generalizado interés de los académicos en hacer su aporte al debate social desde distintos puntos de vista.

Este esfuerzo recién comienza, hizo notar Adriana Valdés, ya que se espera continuar con nuevos foros y encuentros de reflexión. Y no solo eso, también se recordó que este año, en colaboración con los vecinos del barrio Bellas Artes, se puso en marcha un programa de encuentros abiertos a la comunidad. El primero fue un concierto musical realizado en las afueras del Instituto de Chile con una masiva -y auspiciosa. concurrencia.

Del mismo modo, el Instituto de Chile confía en mejorar su trabajo en regiones, gracias a la renovación de sus equipos tecnológics. El cambio de la red interna de fibra óptica y un convenio con Reuna permitirán que este año, desde la sede del Instituto de Chile en Santiago,  se puedan realizar conferencias y debates de alto nivel con académicos y universitarios de todo el país.

A continuación, se pueden leer los discursos de Adriana Valdés y Abraham Santibáñez.